Boris Becker

Fue el primero que rompió con el dominio del tenis control, irrumpiendo en las pistas siendo muy joven. Con él llegó la fuerza, la agresividad y la velocidad al mundo del tenis.
Ganó 49 torneos individuales (incluyendo 3 Wimbledon en 1985, 1986 y 1989), el Abierto de Australia en 1991 y 1996 y el Abierto de los Estados Unidos en 1989); 15 dobles y 2 Copa Davis. también ganó en los Juegos Olímpicos de 1992 junto con Michael Stich el título en dobles masculino.

Biografia

Boris Becker nació el 22 de noviembre de 1.967 en Leimen (Alemania). Mide 1,90 m. y su peso normal es de 79 kilos. Fue el primero que rompió con el dominio del tenis control, irrumpiendo en las pistas siendo muy joven. Con él llegó la fuerza, la agresividad y la velocidad al mundo del tenis, cualidades que todavía hoy en día imperan en el deporte de la raqueta.

Es hijo de un arquitecto adinerado, que le construyó una pista de tenis en su jardín. Al principio compaginaba este deporte con el fútbol, pero cuando cumplió diez años se empezó a decantar por el juego que más tarde le daría fama mundial. Rápidamente comenzó a destacar, superando a compañeros mayores que él y convirtiéndose en uno de los "juniors" mejores de su país, lo que le sirvió para ser campeón nacional de la categoría en tres ocasiones. Incluso la Federación Alemana se fijó en seguida en Boris y Günter Bosch, entrenador de la Federación, le pone en contacto con Ion Tiriac, ex-tenista y preparador de gran clase, que tras observarle un par de veces decide apoyarle e incluso invertir dinero en él. Estuvo con el tenista alemán hasta 1.993.

En 1.984 pasa a profesionales, alternando los torneos "juniors" y "seniors". Al principio de año alcanza los cuartos de final en el Open de Australia y en el mes de julio se inscribe también en la categoría "senior", superando la fase previa y las dos primeras rondas del cuadro final. Sin embargo, una inoportuna rotura de ligamentos le hace retirarse de la competición. Ese mismo año consigue su primer gran triunfo al imponerse en el Masters sub-21 al sueco Stefan Edberg.

Al año siguiente, en 1.985, vuelve a Londres y triunfa en el Queen's, siendo éste su primer título del Gran Prix. Sin embargo, su gran obsesión será el torneo de Wimbledon. "El bombardero", como se empezará a llamar a Boris desde estos momentos quería sacarse la espina del año anterior y lo conseguirá de sobra. Amparado en su potente servicio y en su rapidez de piernas devoró a todos los que se pusieron enfrente y se convirtió en el ganador más joven del torneo, al imponerse con tan sólo diecisiete años.

Al año siguiente vuelve a triunfar en el torneo londinense, derrotando en la final a Iván Lendl, el mejor jugador del mundo en aquellos años. La carrera de Becker no ha hecho nada más que comenzar, destacando ya sus principales atractivos: el lenguaje corporal, su legendario gesto con el puño cuando expresa satisfacción, sus continuos aspavientos, sus ojos de desesperación cuando perdía o sus saltos en plancha para devolver pelotas inverosímiles.

Los años siguientes suponen un lento pero implacable caminar hacia el número uno mundial. Poco a poco los torneos más importantes van cayendo en su zurrón: un tercer Wimbledon en 1.989 y tres finales más en 1.990, 91 y 95; el Open de Estados Unidos del mismo año tras haber sido semifinalista en 1.986, y luego volver a serlo en 1.990 y 1.995; fue pieza fundamental en la consecución de la Copa Davis para Alemania en dos ocasiones -1.988 y 1.989-; fue campeón del Masters en 1.988, 1.992 y 1.995 y tras el logro del Open de Australia de 1.991 consiguió el tan deseado primer lugar entre los tenistas mundiales, después de haberse mantenido todo el año anterior entre los tres mejores de la clasificación de la ATP. Conservó la primera posición mundial durante doce semanas. Todo ello provocó el "boom" del tenis en su país, con la aparición de grandísimas estrellas como Stich o Graf, pese a que por su peculiar carácter no despertaba el fervor unánime. Únicamente se le resisten los títulos sobre tierra batida, de los que no ha conseguido todavía ninguno, entre los que especialmente se le niega Roland Garros, donde ha sido tres veces semifinalista.

Durante los años siguientes su carrera sufre un cierto parón. Tras haber sido absorbido por las raquetas desde la infancia, se va a ver ahogado por la presión, incapaz de soportar las exigencias de la púrpura. Además comienza a tener problemas con la Hacienda de su país. Se llegó a plantear dejar el tenis, pues veía su vida vacía y quería evitar los errores que habían cometido otras grandes estrellas de la música o del cine.

El paso de los años le hizo madurar y darse cuenta de que su profesión no lo era todo. Además, su boda en diciembre de 1.993 con la modelo de color, Bárbara Feltus, -que ha sufrido ciertos acosos racistas en Alemania- le dio una tranquilidad, una estabilidad y una fuerza que le ayudó a sobreponerse a los malos momentos. Con ella ha tenido un hijo, Noah Gabriel.

A partir de 1.996 se produce un nuevo cambio en su trayectoria deportiva. Empieza a jugar su mejor tenis y consigue un sexto triunfo en una prueba del Grand Slam, al imponerse en Australia al principio del año. A pesar de que tuvo que abandonar en su prueba favorita, Wimbledon, debido a una de sus grandes cruces, las lesiones, volvió a triunfar sobre la hierba de Quenn's y en algunos otros torneos, siempre sobre superficies rápidas, como Viena o Stuttgart, donde vence a Sampras, con el que luego perdió en la final del Masters. Becker culminó su gran temporada embolsándose más de doscientos millones de pesetas al imponerse a Ivanisevic en la final de la Copa Grand Slam, un torneo que había boicoteado años antes alegando que era "inmoral" jugar por tanto dinero. Algo que tampoco le hace mucha falta, pues Boris ha ganado muchísimo a lo largo de su carrera, tanto por los premios conseguidos como a través de la publicidad. Como ejemplo, cabe destacar su contrato con la firma automovilística Mercedes, por diez años y 1.700 millones de pesetas.

A principio de 1.997 los teletipos de todo el mundo informaron que Boris y su familia iban a dejar Alemania hartos de los conflictos raciales y de la Hacienda de su país. Parece ser que su destino iba a ser Estados Unidos, en concreto la península de Florida.

Ha creado su propia empresa de mercadotecnia, la "Boris Becker Marketing" (BBM), que gestiona sus contratos, entre los que se incluyen el de colaboración con la Federación Alemana de Tenis (por 2,6 millones de marcos) hasta 1.999 y otros de publicidad, como el de los relojes Tag Heuer y el grupo alimentario Ferrero.

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