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martes, 29 de marzo de 2016

Nadia Comaneci

Ganadora de nueve medallas olímpicas de las que cinco son de oro. Fue la primera en lograr una puntuación perfecta, 10, en una competición olímpica. Esta considerada una de las más grandes gimnastas del siglo XX y se halla por derecho propio entre las mejores gimnastas de todos los tiempos. 


Biografía 

Nadia Comaneci nació en Onesti (Moldavia, Rumania), una ciudad de unos 40.000 habitantes al pie de los Cárpatos, el 12 de noviembre de 1.961. Cuando compitió en Montreal pesaba sólo 39 kilos y medía 1,56 m. Su padre era mecánico de automóviles y su madre trabajaba en una oficina.

A la edad de seis años comenzó a practicar la gimnasia y en su primer Campeonato Nacional Infantil quedó tercera. Según Bela Karoly, su entrenador y el hombre que siempre se ocupó de su carrera deportiva junto a su esposa Marta, a Nadia le trajo mala suerte el "maillot" número 13.

No ocurrió lo mismo al año siguiente y ganó todas las competiciones nacionales en las que participó, convirtiéndose ya en la primera gimnasta de su país. En estos momentos ya entrenaba entre cinco y seis horas diarias.

En 1.971 obtiene su primer triunfo internacional, en la Copa de la Amistad en Bulgaria. Pero será al año siguiente cuando los técnicos de todo el mundo se fijen en ella al conseguir dos medallas de oro en la Copa de las esperanzas olímpicas, en Sofía, con sólo once años. Ello provocó que, promovido por los soviéticos, se impidiese la participación de Comaneci en varias competiciones, con la disculpa de la edad.

En 1.975, a los trece años, Nadia apabulló a las soviéticas en la prueba individual de los Campeonatos de Europa. Antes se había impuesto también en el Torneo de Campeones de Londres. Esas inesperadas victorias, hicieron que llegara a Montreal como ligera favorita. Lo que nadie esperaba fueron sus resultados.

En los Juegos olímpicos Montreal 1976 se ganó el corazón de todos los seguidores de los mismos. Su angélica imagen en movimiento sobre los aparatos, no sólo cautivo a la gente, sirvió también para demostrar que la gimnasia no se reduce a fuerza, potencia y velocidad; también es ligereza, equilibrio y armonía.

En la barra de equilibrios, Nadia recolectó tres dieces, con unos saltos mortales totalmente desconocidos sobre apenas un palmo de anchura. En las barras asimétricas anotó dos dieces más en la competición individual y por equipos. Todo ello sin una sonrisa, sin la más leve mueca, como si fuera de hielo.

En la competición individual fue primera con más de 0,600 puntos de ventaja sobre la segunda. Con el equipo rumano fue medalla de plata. También fue medalla de oro en barra de equilibrios y en asimétricas, bronce en suelo y cuarta en salto. Fue la medallista más joven de toda la historia de los Juegos, ya que ganó su primera medalla de oro a los catorce años y trescientos trece días. La rumana se convirtió así en la novia de Montreal.

Cuando regresó a Bucarest, el dictador Nicolas Ceaucescu le dispensó un recibimiento apoteósico. Hace imprimir tarjetas postales con su cara, la nombra "héroe del trabajo socialista", le regala un pequeño Fiat, un chalet y le asigna un sueldo mensual de 500 dólares.

Su cuerpo, como no podía ser de otra forma, se fue transformando. Junto a ello, cada vez soporta peor el entrenamiento. Come con voracidad, rebañando incluso el plato de las compañeras y se introduce después los dedos en la garganta para provocar el vómito. Gana peso y pierde flexibilidad. Así, cuando en 1.978 se presentó en los Campeonatos del Mundo era ya una mujer con un problema prioritario: lograr mantener su cuerpo de niña. Únicamente obtiene el título en la barra de equilibrios, Sin embargo, va a conseguir en este periodo algo todavía no logrado: ganar tres campeonatos de Europa consecutivos.

En los Juegos de Moscú 80 todavía consiguió la medalla de oro en la barra de equilibrios y la de plata en el ejercicio individual, en el concurso por equipos y en los ejercicios de suelo. Si no consiguió más triunfos fue a causa de la parcialidad de los jueces soviéticos, si bien en las barras asimétricas se precipitó contra el suelo. Se despidió de la gimnasia en 1981 logrando el título por equipos y absoluto en la Universiada.

Tras su retirada, Nadia continúa su vida en su chalet de Bucarest con su madre y su hermano, pues sus padres hacía tiempo que se habían divorciado. Sólo sale de casa para asistir a las fiestas de los Ceaucescu, e inevitablemente va a parar a los brazos de Nicu, hijo menor del dictador y "play-boy" oficial del régimen. Con él mantiene una relación tormentosa y turbulenta, en la que parece ser que la golpeaba a menudo.

En 1.989 conocerá a Constantin Panait, un rumano que vivía en Florida, del que se enamorará. Juntos realizan una fuga rocambolesca, tras cruzar a pie la frontera con Hungría y pedir asilo político en la embajada de Estados Unidos. Aquello supuso un golpe feroz para el régimen comunista rumano. Una vez en el país norteamericano, Panait vuelve con su mujer y sus hijos y Nadia se traslada a Montreal, donde llevó una existencia semiclandestina durante un año. Finalmente se traslada a Norman (Oklahoma, Estados Unidos) con su nueva pareja, el también gimnasta Bart Conner con el que dirige una escuela de gimnasia que lleva el nombre del estadounidense, con mil alumnos y treinta y cinco entrenadores.

En noviembre de 1.994, cinco años después de su huida, Nadia regresó -eso sí, de visita-, a su país.

En marzo de 2000 fue declarada mejor gimnasta femenina del siglo XX por la Federación Internacional de Gimnasia. 

Hoy en dia 

Actualmente continúa vinculada con el mundo de la gimnasia mientras se ocupa de diversas obras de caridad en todo el mundo. Ella y su esposo son propietarios de la Academia Conner de Gimnasia, la Compañía para Producir el 10 Perfecto y de algunas tiendas de material deportivo. Ambos publican la Revista Internacional de Gimnasia (International Gymnast Magazine).

Actualmente es vicepresidenta del Consejo de Dirección de Olimpíadas Especiales, Presidenta de Honor de la Federación Rumana de Gimnasia, Presidenta Honorífica del Comité Olímpico Rumano, Embajadora de Deportes de Rumania, vicepresidenta del consejo de Dirección de la Asociación para la Distrofia Muscular y miembro de la Fundación de la Federación Internacional de Gimnasia. Ha recibido dos veces la condecoración de la Orden Olímpica de manos del Comité Olímpico Internacional, y ha puesto en marcha en Bucarest una clínica de misericordia para ayudar a los niños huérfanos.

En diciembre de 2003 salió a la luz su primer libro, Cartas a una gimnasta joven. En febrero de 2006, tras diez años de matrimonio, anuncia que está embarazada y que va a tener su primer hijo. El niño, nacido en junio, se llama Dylan Paul (Dylan por Bob Dylan y Paul por su ex entrenador, socio de negocios y padrino del niño, Paul Ziert). Actualmente vive en EE. UU.

Recientemente se publicó un documental en el que confiesa que en su pasado, muchas personas abusaron de ella,con la condicion de seguirla apoyando en su carrera como gimnasta. 


Fuentes: http://www.buscavidas.com/http://es.wikipedia.org 







  

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